sábado, 2 de enero de 2010

capitalismo avanzado


La actual Medicina del Primer Mundo es socia y cómplice del capitalismo
avanzado, de su estructura y sistema económico político.
Arma su discurso y práctica como ciencia técnica montada en sus recursos
biológicos y farmaceuticos y navega cómodamente en esta sociedad
medicalizada donde los vínculos dependen de remedios.
El biopoder ( Foucault) progresa agigantadamente y la Medicina es una de
sus herramientas de manipulación corporal (control y dominio social).

El capitalismo avanzado arma las sociedades para que perdure.
Todos debemos consumir sus mensajes y productos.
Necesita cuerpos con mentes pasivas y domesticadas, sin pensamientos
críticos.
Esta nueva religión mercantil conquista territorios humanos despojados de
su ser y revestidos por los sentidos del tener para existir como ente social con
identidad y cierta pertenencia grupal.

En los médicos, educados y fascinados culturalmente por la fantasía de
ominipotencia y sapiencia de un supuesto poder corporal, existe la
creencia de que sólo podemos cambiar al otro con los recursos teóricos y prácticos
vinculados con la industria de la Salud.
Los mensajes educativos "que todo lo saben, que todo lo pueden y que todo
lo hacen bien" del Norte dan certeza y disminuyen, esquivan y ocultan la
incertidumbre de la realidad compleja, condicionada y caótica.
Llenan con imágenes que reemplazan las palabras y con números que abren
las probabilidades de la verdad como absoluto.

Influye también la pertenencia clasista a una burguesía imitativa de las
costumbres de los del Norte poseedores de los medios y acumuladores de la
riqueza global.

El discurso actua al formular cuerpos como máquinas biológicas
descubiertos por la física, química y la biología e interpretados por los números y la
lógica matemática.
El capitalismo convence con un mundo sólo posible para la minoría
propietaria, poseedora de la belleza.
El poderoso mensaje mercantil seduce, fascina con un futuro controlado,
con problemas solucionables con los recursos tecnológicos como los vidrios que
aparentaban joyas y engañaron a nuestros antepasados indios mientras les
robaban sus pertenencias y posibilitaban el desarrollo colonizador
europeo.

Uno puede reformular cuerpos, cambiarlos, ajustarlos a los ideales del
mercado, ofertarlos y venderlos como mercancías.
La medicina aparece como una fabrica de juguetes corporales para estas
sociedades- niños eternos, sin lenguaje y llenos de quejas y malestares
vinculares.

Nuestros sabios del Norte muestran el implacable avance en la conquista de
nuestro organismo por la industria y sus recursos.
Y todos les creemos y aplaudimos sus palabras...despojadas de historias,
sociedades y vínculos.

Uno, en la cotidiana praxis de nuestro Tercer Mundo, comprende que la
Medicina es para los ricos.
Para los otros, los demás, sobrantes y miserables...queda la caridad, la
beneficiencia, las migajas del banquete.
Alguna maniobra política muy publicitada para engañar a la masa y a los
colegas tan dóciles y frágiles.

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